MISMAS ACCIONES...
... MISMOS RESULTADOS
¿Cuántas veces has oído frases como: “Hay que dejar pasar el tiempo”, “El tiempo lo cura todo” o “No hay mal que cien años dure” ? Yo las he oído millones de veces, pero, no me convencen.
Estoy de acuerdo en que hay veces que es necesario dejar pasar el tiempo, como puede ser, por ejemplo, en casos de duelo o separación, ya que nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra vida actual necesitan acostumbrarse a esa pérdida. Pero, ¿en cuántas ocasiones nos sentimos mal sin que pase nada en concreto y no hacemos nada para cambiar la situación?
Hay personas, que lleva tiempo bloqueadas con algo, tiempo en el que se sienten infelices, que están desbordadas y estresadas, y no saben cómo salir de la situación en la que se encuentran, y simplemente, dejan pasar el tiempo. Pero ¿Cuánto tiempo? ¿1,2,5,10 años? ¿Cuánto tiempo hay que dejar pasar? Además, en muchas ocasiones, debido a su estado, se sienten con falta de energía e incluso les cuesta hacer sus tareas diarias, les pesa la vida, y, cuando las preguntas te dicen frases como las que te he comentado al principio, “Es una mala racha”.
Si decides dejar pasar el tiempo, por favor, intenta sea antes de que “la gota haya colmado el vaso”, porque, cuanto más tiempo pase, más cuesta volver al punto de equilibrio, te lo digo por propia experiencia.
«El tiempo y la vida siguen, no esperan a que se pase tu mala racha».
En la época en la que yo estuve con ansiedad, desmotivada y muy desbordada, me repetía frases del tipo, “no entiendo por qué me pasa esto”, “me estoy perdiendo mi vida” “si sigo así eternamente vaya desastre de vida que voy a tener”, e iba dejando pasar los días, los meses e incluso los años sin hacer nada, simplemente, quería que por arte de magia ese malestar que tenía desapareciera para siempre, sin ser consciente de que era yo la que tenía que hacer algo al respecto.
Pero, por suerte, hubo un momento en el que mi cabeza hizo “clic” y me dije a mi misma, “si otras personas que estaban como yo lo han superado y ahora son felices, yo también puedo”. Me introduje en el mundo del desarrollo y el crecimiento personal, leía libros de autoconocimiento, estudiaba, acudía a sesiones… Necesitaba averiguar el motivo por el cual yo estaba así, quería averiguar qué me bloqueaba, que me estaba limitando y tener herramientas para poder cambiar la situación.
«Si otras personas lo han superado, tú también puedes».
Lo primero de lo que me di cuenta era que si seguía haciendo lo mismo no iba a cambiar nada. Y claro, cambiar cosas y hábitos, me daba miedo, no sabía que podía pasar ni suceder, no sabía cómo reaccionaría la gente de mi alrededor, me daba miedo lo desconocido. Por lo que decidí empezar a cambiar cosas sencillas de mi vida diaria para que mi mente se acostumbrara a que iba a empezar a salir de mi zona de confort. Lo hice de forma progresiva para posteriormente empezar a realizar cambios más grandes. De esta forma, mi miedo se hizo más pequeño.
Te engañaría si te dijera que fue facilísimo y nada más empezar conseguí todo lo quería. Al principio mi mente y mi cuerpo se quejaban, como diciendo “oye, que esto no es lo que haces habitualmente, vuelve a hacer lo de antes”, pero fui fuerte, sabía que sí volvía para atrás y volvía a hacer lo mismo, volvería a estar igual y eso no lo quería de ninguna de las maneras. Hablé con mi familia para decirles que iba a empezar a cambiar cosas porque no podía seguir así, para que no les extrañara y sentirme apoyada en los momentos difíciles. Mis hijos, que eran pequeños me decían, “Mamá, ¿por qué cenamos ahora en el salón?”, ¡sí, cosas como cambiar el sitio de cenar empecé a hacer! cosas simples que me permitieran ir poco a poco saliendo de mi zona de confort de lo que hacía habitualmente, para que mi mente se empezara a acostumbrar a que yo llevaba de nuevo las riendas. Necesitaba cambiar cosas y por algo tenía que empezar. Poco a poco, con un buen asesoramiento y, sobre todo, con fuerza de voluntad por mi parte, conseguí lograr lo que ahora soy.
En el próximo artículo te daré una herramienta para que puedas conseguir lo que quieres sin que el miedo te paralice. Mientras tanto, durante estos días cambia cosas sencillas de tu vida diaria para que tu mente se vaya acostumbrando.
Cien años para que se pase aquello que te ocurre son muchos años, ¿no crees?
¿Consideras que hay que dejar pasar el tiempo o será mejor tomar acción para volver a vivir como realmente te mereces?
«No dejes que pasen tanto días como para arrepentirte de no haber disfrutado de tu vida».